jueves, 4 de junio de 2009

Crónica sobre la desaparición de un joven en Lomas del Mirador

Por Luciano Deggiusti (Comisión 8)
Luciano estuvo demorado en septiembre del año pasado por averiguación de antecedentes. Según su hermana Vanesa, en esa ocasión, contó que los policías lo habían golpeado y le habrían dicho “vos, negrito de mierda, vas a terminar en un zanjón”. La versión de los investigadores policiales fue diferente a la de la hermana del joven, ya que subrayaron que en septiembre del 2008 el chico fue llevado a la dependencia policial por el supuesto robo de tres celulares y un mp3.
Unos meses más tarde ante la desaparición de este joven crecen las especulaciones. En la madrugada del sábado 31 de enero, Luciano fue a visitar a Oscar, un amigo del barrio. Al llegar tocó la puerta, pero cuando Oscar fue a abrir Luciano ya no se encontraba allí. Hay vecinos que lo escucharon gritar “no quiero agarrar eso, no es mío”.
El 28 de febrero Luciano cumplió 17 años. Vivía con su madre y dos hermanos en una casilla humilde del modesto Barrio 12 de Octubre, en Lomas del Mirador. A la tarde solía reunirse con sus amigos de la zona. Según su hermana “no estaba metido en ningún quilombo”. Luciano siempre volvía a dormir a su casa. Pero la noche del 31 de enero no regresó. Entonces su madre hizo la denuncia en la seccional de Lomas del Mirador. Vio cómo el policía le tomaba testimonio. Firmó el documento pero no le dieron una copia. “Cuando mi mamá llegó a casa le pregunté si le habían dado un duplicado de la declaración y me dijo que no. Enseguida fui a buscar el documento a la comisaría y le habían agregado cosas que ella no había dicho. Por ejemplo que mi hermano fumaba marihuana y que tenía antecedentes por robo”, le dijo a Clarín su hermana Vanesa, que estudia en la facultad de Ciencias Sociales y dentro de la misma se contactó con agrupaciones políticas, que dieron difusión al caso. El partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) pide por su aparición y acusa: “El gobierno nacional y provincial son responsables”.
La causa quedó en manos de la fiscal Roxana Castelli, quien estuvo al frente de la misma durante 35 días y no aportó novedades relevantes al caso. Luego de ese período se procedió al cambió de fiscal y progresó la investigación. Se hizo cargo de la causa Cecilia Cejas y en pocos días se tomaron medidas importantes para llevar adelante la averiguación. Se designó un grupo especial de investigadores que no tiene nada que ver con la fuerza pública local. Ante esto, Asuntos Internos de la Bonaerense abrió una investigación. Pero este expediente interno parece ir en dirección distinta al judicial, que ya tiene 600 fojas y pasó por las manos de dos fiscales, la última de las cuales le dio intervención a Gendarmería. Mientras las acusaciones se acrecientan, Luciano sigue sin aparecer. Si bien la Policía niega alguna responsabilidad, tampoco logra hallarlo por ninguna parte.

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