viernes, 24 de agosto de 2012

Lunes 27 de agosto

Hola a todos/as:
Les recuerdo que para la próxima clase deben traer el sumario de su entrevista.
Ese TP es para entregar el siguiente lunes, 3 de septiembre, con las indicaciones que explicaré en clase. Recuerden también leer la bibliografía sobre entrevista:
-Halprín Jorge. La entrevista periodística. Intimidades de la conversación pública.
-Del Río Reynaga, Julio. El arte de conversar.
-Giglio, María Esther. "Clarice Lispector. NO me gusta hablar", en Emergentes.
-Lispector, Clarice."La entrevista alegre", en Crónicas inéditas.
También comenzaremos a trabajar con Nuevo periodismo, para lo que debían leer uno de los tres libros encargados en las vacaciones, y los fragmentos que dejé en fotocopiadora, del libro:
-Wolff, Tom. El nuevo periodismo. editorial Anagrama, Barcelona, 1997.
Es todo, nos vemos el lunes!
Saludos, Clarisa.

"Los juicios no me devolverán a mis padres, pero generan un fortalecimiento de la democracia.”


Por Juan Irurueta
El pasado se encontró con el presente el 18 de junio en la facultad de Ciencias Sociales de la UBA, cuando Manuel Gonçalves Granada, nieto recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo, brindó una conferencia ante un grupo de estudiantes que pudieron sacarse las ganas de preguntar y entender parte de una historia que para muchos seguía (y sigue) poco esclarecida. Manuel, que hasta 1997 se llamó Claudio Novoa, ha cumplido desde entonces un activo papel en la reivindicación de nuestra historia, ya que participó en varios juicios contra delitos de lesa humanidad, entre los que fue querellante en la causa que en 2011 condenó a Luis Abelardo Patti a cadena perpetua. Además, también forma parte de la comisión directiva de Abuelas de Plaza de Mayo, siendo el primer nieto recuperado ocupando tal función.

Uno de los temas recurrentes en la charla fue la masacre de la calle Juan B. Justo, un hecho en el que fue asesinada su madre junto a  otras personas que adquirió gran relevancia en la ciudad de San Nicolás, y sobre el que comenzará un juicio próximamente. Al respecto, comentó: “(el proceso de investigación) fue algo que comencé por un motivo y por suerte después también pude seguirlo para el otro, que es este de llevar esas pruebas a la justicia. Muchas de las que son las pruebas de este juicio y del anterior, que fue por mi papá, las tenía de antes, pasa que cuando todavía estaban las leyes de obediencia debida y punto final, no era posible llevar eso, que eran pruebas, a la justicia, era parte de lo que yo hice para reconstruir mi historia, para poder saber quiénes eran mi mamá y mi papá, dónde habían estado. Y así fui llegando a esos lugares, donde me encontré con compañeros de ellos de militancia, amigos.”

En cuanto a Patti, Gonçalves cuenta lo difícil que fue llevar a la justicia el caso, ya que se trataba de una figura pública que además tenía alianzas políticas y había logrado una banca como diputado a través del duhaldismo, por lo que era difícil que un juez lo citara para indagatoria. Finalmente lograron que en el congreso se votara un desafuero, que eliminaba los privilegios que le impedían ser procesado. Así, el 14 de abril de 2011 el represor fue hallado culpable por el crimen del padre de de Manuel, Gastón Gonçalves, entre otros, y condenado a prisión perpetua junto con el dictador Reynaldo Bignone y el general retirado Omar Riveros.

Lo más sorprendente del testimonio del miembro de Abuelas es una de las anécdotas que contó. En 2005 encontró, en un fichero de un viejo edificio de la división de inteligencia de la policía bonaerense, una carpeta con documentos sobre su padre, que había sido abierta en 1972 y cuyas últimas páginas databan de 1996, cuando se halló el cuerpo en una fosa común. Esto implicaba que varios años después de la vuelta a la democracia, todavía existía en la policía la intención de seguir dando vida a ese archivo, clara muestra de que la mentalidad de muchos permanecía intacta.

Hoy, Gonçalves ve como prioridad seguir adelante con los distintos procesos judiciales que lleva a cabo: “Los juicios no me van a devolver a mi mamá ni a mi papá ni los 19 años que me perdí de mi familia, pero generan un fortalecimiento de la democracia.”, dice Manuel, cuyo compromiso queda plasmado en su contribución a la búsqueda de la verdad y la justicia al afirmar que “la mejor manera de construir un futuro es teniendo en claro el pasado.”    

sábado, 18 de agosto de 2012

Manuel Gonçalves Granada en la Facultad de Sociales

Por María Paz Wenner
Hijo de desaparecidos y nieto recuperado en 1995 por Abuelas de Plaza de Mayo, Manuel Gonçalves Granada emocionó con su historia a cerca de 50 personas que participaron de la conferencia de prensa que brindó el lunes pasado. La conmovedora historia de su lucha por recuperar su identidad y la memoria de sus padres invadió el estudio de TV de la Facultad.
"Las pruebas eran partes para reconstruir mi historia, las tenía de antes, pero estaban las leyes de obediencia debida y punto final, no era posible llevarlas a la justicia. Llegué a los lugares donde militaban, a la casa de San Nicolás, me encontré con vecinos que son los testigos básicamente. Cuando caen las leyes de obediencia debida y punto final, me presenté en la justicia con los relatos que tenía", contó Manuel.
El nieto recuperado fue convocado por su labor en la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo y por su trabajo en la agrupación HIJOS impulsando los juicios de lesa humanidad. Fue querellante en el juicio que condenó a cadena perpetua al Ex Subcomisario Patti y otros imputados por el asesinato de su padre y otras víctimas. Es además querellante en otras dos causas, una por la masacre de la calle Juan B. Justo donde asesinaron a su madre y él fue el único sobreviviente; y la otra contra el ex Juez de Menores Juan Carlos Marchetti, quien lo dio ilegalmente en adopción.
"Patti tenía una alianza con el duhaldismo y eso nos complicó bastante las cosas. Además de que tenía una cierta llegada a los medios donde negaba tener una causa abierta; así el periodista Mariano Grondona lo definía como un perseguido político", relató Gonçalves.
Después de 36 años del golpe militar, todavía existe gente que piensa que hubo una guerra. "Claramente acá no hubo una guerra, el Estado atacando al pueblo no es una guerra, nunca, en ninguna parte del mundo", exclamó Manuel.
"Ya en el ‘72 a mi papá lo tenían fichado como militante subversivo. Lo que hacían mi mamá y mi papá era tener una militancia social muy fuerte en un barrio de Garín en el Partido de Escobar. Ellos hacían alfabetización a adultos; habían armado también una sala de primeros auxilios. Claramente eso no era el plan que se tenía para la juventud", manifestó Manuel.
"La mejor manera de construir un futuro es teniendo claro el pasado. Los juicios no me van a devolver a mi mamá ni a mi papá, ni los 19 años que me perdí de mi familia, que me robaron la identidad, eso no se recupera por más que los juicios terminen con las condenas más altas, pero creo que es un aporte a futuro. Los juicios lo que generan es un fortalecimiento de la democracia, de las instituciones, de la justicia y de nosotros como sociedad", sostuvo.
El entrevistado se mostró relajado y abierto a contestar todas las preguntas. Incluso confesó que contó cosas que a su familia adoptiva no.
Durante la charla recordó el acto en 2004 en la ESMA, donde el entonces presidente Néstor Kirchner pidió disculpas en nombre del Estado. Gonçalves dijo que fue un momento muy importante, muy movilizador.
La parte más estremecedora y sorprendente del testimonio de Manuel fue cuando relató la experiencia vivida cuando buscaban pruebas documentales para la causa de su mamá y su papá. "Llegamos a lo que ahora es el Archivo de Provisión de la Memoria que está en La Plata, antes era una división de inteligencia de la Policía de Buenos Aires, era un lugar secreto. Buscando, encontré la carpeta de mi mamá y mi papá. Lo más llamativo fue que las dos últimas hojas eran sobre información del 96, porque el cuerpo de mi papá se encontró ese año. También había recortes periodísticos que decían “se hallan cuatro cuerpos”. Ellos los tenían guardados prolijamente en la carpeta de mi papá en el año ’96. Mi papá desaparece en el año ‘76, veinte años después la policía seguía haciendo inteligencia.”
El final de la conferencia dejó un importante mensaje al público presente: "Nos impusieron un silencio, ya no más ese silencio. Es una historia que hay que contarla".
Un cálido y fuerte aplauso despidió al invitado. Manuel Gonçalves Granada es un claro ejemplo de la lucha por la verdad, la memoria y la justicia de un país que dice nunca más.

"Argentina está haciendo una revisión de su historia"


Por Fernanda Romain
Manuel Gonçalves Granada, nieto recuperado en 1997 por Abuelas de Plaza de Mayo, se acercó hasta la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA para brindar una conferencia de prensa a los estudiantes de la Carrera de Ciencias de la Comunicación. Relató tanto sus sensaciones durante la espera al juzgamiento de los tres imputados por la “Masacre de San Nicolás”, como su experiencia en los conflictos judiciales referidos a crímenes de lesa humanidad y su anhelo de justicia.
 Manuel tiene 35 años, hace 15 recuperó su identidad y hoy es el primer nieto que ocupa un puesto en la conducción de Abuelas de Plaza de Mayo. Hijo de Ana Granada y Gastón Gonçalves, ambos desaparecidos durante la última dictadura militar, Manuel se muestra emocionado porque en julio finalmente se esclarecerá la causa por el asesinato de su madre, dos amigos y dos niños durante noviembre de 1976 en San Nicolás.
Luego de la declaración de nulidad de los indultos (Ley de Obediencia Debida y Punto Final) en 2003, el transcurso de los juicios por lesa humanidad tomó otro rumbo, ya que se facilitó el proceso de investigación y se buscó saldar la deuda que la justicia tenía con el pasado.  “Muchas de las pruebas de este juicio y del anterior yo las tenía de antes, lo que pasa es que cuando todavía estaban las leyes de Obediencia Debida y Punto Final no era posible llevarlas a la justicia. Sólo eran parte de lo que yo hice para reconstruir mi historia”, aseguró Manuel. Además, señaló que el día que se derogaron las leyes él estaba en el Congreso y no tenía idea de lo que iba a venir, pero sí sabía lo importante que iba a ser para su futuro: “Lo viví como un momento histórico. Cuando pasan esas cosas, si bien yo lo hago cada mañana, lo que se tiene que valorar es poder vivirlas. Son momentos muy importantes, que marcan.”

Así es como finalmente en 2011, junto a su medio hermano Gastón Gonçalves hijo, ganó una batalla pudiendo enviar a la cárcel a los cinco represores responsables del secuestro y asesinato de su padre, ocurrido en 1976 en Escobar. Al mismo tiempo, declaró: “No es que porque ya hubo juicio y una condena en los próximos también va a haber una pena, sino que en cada juicio tenés que trabajar muchísimo para poder lograr esos resultados”. Aunque esta vez es diferente, Manuel se esfuerza por que todo se desarrolle bien, al igual que en su anterior causa. Al respecto, afirmó: “Lo difícil de estos juicios es que están pasando 30 años después de los hechos. La gente modifica su percepción de las cosas y hay otros que ya no están o están desaparecidos. Hacemos un trabajo muy intenso acerca de lo que es la evidencia documental, y para conseguir pruebas porque no hay un fácil acceso a ellas.” Tiene esperanzas y está contento de poder realizar el proceso junto a su familia y a sus amigos.
Además, se refirió al nuevo momento por el que está pasando junto a la Asociación de Abuelas: “La incorporación de los nietos es necesaria, hay una cuestión generacional que se está dando, las abuelas están muy grandes y nos necesitan, y desde el lugar que podemos las acompañamos.” Para él no va a ser igual con abuelas que sin abuelas, pero sin embargo, está seguro de que la lucha va a ser la misma, que va a continuar su  camino hasta que se logre encontrar hasta al último de los nietos. “Hasta eso, no vamos a dejar de hacer lo que ellas hicieron” dijo.
Mirando hacia el futuro, Manuel concluyó: “Argentina esta haciendo una revisión de su historia que va mucho mas allá de algunas pocas personas que quieran frenarla”. Definitivamente, con el paso del tiempo, la pelea contra el olvido se transforma en incansable. La recuperación de la identidad, la insistencia por conseguir justicia, la preservación de la memoria, y la fuerza de quienes día a día defienden los derechos humanos en nuestro país, se han ido construyendo como símbolo de heroísmo. Un heroísmo que se renueva y que trae nuevos gritos de esperanza, soñando en que tal vez mañana, todo sea un poco mejor. 

“Ustedes pueden estar cerca de algún chico que nosotros estemos buscando"


Por Luciana Belsito
Hasta 1995 fue Claudio Novoa, tenía 19 años y era un chico “normal” que vivía con su familia adoptiva, desconocía su origen, pero eso no le traía complicaciones. Le gustaba la música y escuchaba “Los Pericos”. No se imaginaba que su verdad era otra, que en realidad era Manuel Gonçalves Granada, hijo de desaparecidos durante la dictadura militar de 1976. Hoy Manuel cuenta su historia lleno de emociones, recuerdos, risas y con las ganas de transmitir la satisfacción de luchar por lo justo. Todos estos acontecimientos unieron a Manuel y a los jóvenes de la UBA el pasado lunes 18 de junio. Él se acercó a la facultad de Ciencias Sociales para contar su historia de vida y responder preguntas al respecto.
La convocatoria fue para todos los alumnos de la materia Taller de expresión 3, de la carrera  Ciencias de la Comunicación. La docente Clarisa Veiga contactó a Manuel para realizar una conferencia con sus alumnos. Se sintió contento de haber ido porque a él nunca le hablaron de la dictadura y de los desaparecidos en su educación. “Ustedes pueden estar cerca de algún chico que nosotros estemos buscando, nos impusieron un silencio, entonces hablarlo es matar ese silencio”, dijo con orgullo y aires de convencimiento de que todo se puede lograr.
En 1997 el ADN confirmó su identidad, Claudio Novoa era hijo de Ana María Granada y Gastón Gonçalves y su nombre era Manuel. Nunca había sospechado ser hijo de desaparecidos y aseguró que su familia adoptiva lo recibió de buena fe. Sin
 embargo, comenzó a conocer su origen: tenía una abuela que lo estaba buscando y un hermano, que él había visto en varios shows, sin saber que era su familia. Su hermano Gastón, también era hijo de su papá y además era el bajista de una de sus bandas favoritas: “Los pericos”. Manuel esbozó una sonrisa y dijo “Los dos nos criamos como hijos únicos y estuvo bueno ser hermano de alguien”.
En pleno proceso de conformación de su identidad se interesó por hacer justicia, por llevar su caso y el de todos los desaparecidos a los tribunales, incluso, siendo querellante en la causa contra el represor Luis Abelardo Patti. En la conferencia Manuel dijo: “Nada de lo que perdí me va a ser devuelto por los juicios, es un aporte hacia el futuro, esto no puede volver a suceder”. Es por eso que eligió ayudar a las Abuelas de Plaza de Mayo. Ellas buscan a los hijos desaparecidos, hacen un acercamiento hacia los que están siendo encontrados y les dan la contención y la información que sea necesaria. Concientizar es un lema muy importante para Abuelas.
Él es el hijo encontrado número 57 pero es el primer nieto que forma parte de la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo como revisor de cuentas. “No se por qué me eligieron las abuelas, creo que tuvo que ver con una representación de los nietos, le podría haber surgido a otro” dijo Manuel humildemente. Aunque las abuelas sean irremplazables, este hecho tan significativo para la institución lleva emparejada la garantía de la continuidad de  lucha por la justicia a partir de las generaciones futuras. “Estamos mucho más cerca que antes de calificar al Proceso de Reorganización Nacional como un genocidio”

"Yo me siento plenamente Manuel”


Por Sofía Moresi 
“No sé bien que parte de Claudio Novoa me quedó. Es raro porque todavía tengo más años como Claudio que como Manuel, pero la verdad es que yo me siento plenamente Manuel”, comenta Manuel Gonçalves Granada. A partir de esta frase se reconstruirá la historia de él, hijo de desaparecidos, nieto recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo e impulsor junto con la agrupación HIJOS de los juicios de lesa humanidad.
Un grupo numeroso de estudiantes se reúnen en el estudio de televisión de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, el lunes 18 de julio. Los alumnos expectantes se preparan con sus grabadores y anotadores para escuchar, en un clima relajado, el testimonio de Manuel Gonçalves Granada.
Manuel es hijo de Ana María Granada y Gastón Gonçalves, militantes montoneros desaparecidos durante la dictadura militar de 1976. Fue el único sobreviviente de la Masacre de la calle Juan B. Justo en San Nicolás, en donde murió su madre. Hoy, es colaborador en Abuelas de Plaza de Mayo y fue recientemente nombrado revisor de Cuentas de la institución.
Además, Manuel fue querellante en el juicio contra el ex subcomisario Luis Abelardo Patti, el cual fue condenado a cadena perpetua por el asesinato, entre otros casos, del padre de Manuel. También, este año participará como querellante en otras dos causas, una por la masacre de la calle Juan B. Justo y otra contra el ex juez de menores Juan Carlos Marchetti, quien lo dio en adopción sin buscar a su familia de origen.
Al referirse al juicio contra Patti en relación con el de la masacre de Juan B. Justo, Manuel explica: “No es fácil hacer un paralelo entre un juicio y otro porque no es el mismo tribunal, ni los mismos imputados, ni los mismos hechos. (…) Esperaría que el juicio que viene termine igual que el que pasó, ya que logramos cinco condenas y estamos conformes con la sentencia que les dieron a los imputados”.
La búsqueda de pruebas y de testigos para los juicios fue parte del proceso de reconstrucción de la historia de Manuel y de su familia. “La primera parte de la recolección de pruebas tuvo que ver con una necesidad mía de saber que había pasado, de saber cuál era mi historia. A partir de eso, cuando caen las leyes de Obediencia Debida y Punto Final me presenté en la justicia con muchos de los relatos que yo tenía y luego hubo que hacer un trabajo intenso sobre la prueba documental”, cuenta Gonçalves Granada.
Durante la conferencia de Prensa los estudiantes se muestran interesados en la relación de Manuel con su familia adoptiva, en el reencuentro con su hermano (Gastón Gonçalves) y en las anécdotas de Martina, la hija de Manuel. La charla versará, además, sobre la responsabilidad de varios grupos económicos durante la dictadura, el tratamiento de los medios de comunicación sobre los juicios y los cambios que se fueron produciendo en las fuerzas armadas.
A medida que avanza la entrevista, se resalta que Manuel es el primer nieto que integra la comisión directiva de Abuelas de Plaza de Mayo. Aunque menciona, entre risas, que no sabe por qué lo eligieron a él, explica: “Estamos llegando a un momento en que la incorporación de los nietos es necesaria, muchas abuelas están muy grandes y nos necesitan. (...) No va a ser lo mismo sin abuelas, son irremplazables pero la lucha va a ser la misma. Hasta que no encontremos al último de los nietos no dejaremos de sostener la lucha.”
La historia de Manuel Gonçalves Granada es un ejemplo de muchos otros casos que recuerdan a la sociedad argentina la importancia de la memoria y la verdad. “A mí los juicios no me van a devolver ni a mi mamá ni a mi papá, ni los 19 años que perdí con mi familia, ni que me robaron la identidad. Eso no se recupera pero los juicios generan un fortalecimiento de la democracia, de las instituciones, de la justicia y de nosotros como sociedad. Los juicios representan un aporte hacia el futuro ya que para construirlo hay que mirar hacia atrás”, concluye Manuel.

"El Estado atacando al pueblo no es un guerra, nunca, en ninguna parte del mundo”.


Por José Previgliano
La nueva generación de jóvenes está cada vez más lejos de aquel macabro pedazo de la historia argentina que hizo desaparecer alrededor de treinta mil personas. Pero, aunque parezca una contradicción, cada vez se acercan más. Afortunadamente, casi treinta años después del retorno de la democracia, se siguen abriendo numerosos espacios para la memoria y la reflexión sobre la dictadura militar más violenta que padeció Argentina. Y son los jóvenes los que más participan y se animan a escarbar la tierra para develar la verdad y la justicia que los militares quisieron sepultar.  
Manuel Gonçalves Granada, hijo de desaparecidos, se presentó el lunes 18 de junio en el estudio de TV de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA para dialogar con estudiantes de la carrera de Ciencias de la Comunicación. Manuel llegó a las 19:20 y se sentó en una mesa repleta de grabadores que estaban listos para registrar una conferencia de prensa, que se pareció más a una charla café, por el humor y la soltura del invitado. 
A partir de las inquietudes de estos jóvenes que nacieron en democracia y que vivieron su infancia durante la nefasta década menemista, Manuel habló sobre su vida personal y los juicios en los que es activista, pero también reflexionó sobre lo que significa para él la dictadura. “Me parece que cuando existe un plan pergeñado por el Estado para secuestrar, torturar, desaparecer a las personas, tirarlas desde los aviones, tener fosas comunes, robarle la identidad a casi quinientos chicos, eso no puede ser llamado de otra manera que no sea un genocidio”, dijo.  
Los padres de Manuel, Ana María Granada y Gastón Gonçalves, fueron asesinados en 1976. Como saldo de esta represión, Manuel fue dado en adopción, le cambiaron su nombre y durante varios años ignoró su verdadera historia. Recién en 1997 pudo recuperar su identidad gracias al trabajo de Abuelas de Plaza de Mayo y a partir de ahí se involucró completamente en la causa. Pero en aquel entonces no se hablaba sobre el genocidio militar como ahora. “No había telenovelas, ni teatro, ni nada que hable sobre la dictadura. Incluso la educación no hablaba de eso. A mí en el colegio nunca me hablaron de la dictadura”, señaló Manuel.
Por tal motivo, el hijo de desaparecidos se mostró muy contento y esperanzado con la época actual por la manera en que se revisa el pasado. Manuel tiene una hija de 11 años y según él, su generación “es la que tiene la oportunidad de saber la verdad desde siempre, cosa que nos negaron a todos”.
Cuando le preguntaron a Manuel su opinión con respecto a las mentiras que los militares inventaron para justificar su plan macabro, el invitado respondió: “Claramente acá no hubo una guerra. Sólo hay que ver las consecuencias de un lado y del otro y te das cuenta que no hubo una guerra. En la casa donde estábamos nosotros éramos seis personas, de las cuales tres eran niños, la más grande tenía cinco años y había dos mujeres y un hombre, y vinieron cuarenta tipos con granadas, ametralladoras y gases lacrimógenos para matarnos. El Estado atacando al pueblo no es un guerra, nunca, en ninguna parte del mundo”. 
Hace poco tiempo Manuel asumió el puesto de revisor de cuentas de Abuelas de Plaza de Mayo, convirtiéndose en el primer nieto que integra la comisión directiva de la institución que le devolvió la identidad. De esta manera, al igual que la sociedad, Abuelas también se actualiza con las nuevas generaciones para continuar y profundizar el camino hacia la “Memoria, Verdad y Justicia” que iniciaron poco tiempo después del golpe de Estado de 1976.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Manuel Gonçalves: "Los juicios generan el fortalecimiento de la democracia"


Por Gabriel Feldman
Si de adivinar se tratara no me hubiera imaginado que Manuel es hijo de desaparecidos. Esa simpleza y paz que lleva va en contraste con su historia marcada por el terror. No sé que me esperaba encontrar. No sé que se esperaría cualquiera al que le digan que va a tener enfrente a un nieto recuperado. ¿Nerviosismo? ¿Miedo? ¿Congoja? ¿Dolor? ¿Ansias de revancha? ¿Imposibilidad para describir el horror? ¿Una piel más fina? ¿Ojos más abiertos? ¿Alguna marca que atestigüe su sufrimiento…?
Manuel Gonçalves es hijo de desaparecidos y un activista en los juicios de lesa humanidad. Hasta el año 97, cuando recibió los resultados del adn, no era Manuel sino Claudio, Claudio Novoa. Se crio sabiendo que era adoptado aunque nunca imaginó su verdadero origen. Pero en 1995, gracias al trabajo conjunto del  Equipo Argentino de Antropología Forense y  de las Abuelas de Plaza de Mayo, descubrió que su abuela lo buscaba; que tenía un hermano (y dos sobrinos); que es hijo de Ana María Granada y Gastón Gonçalves, dos militantes de la juventud peronista, victimas del terrorismo de Estado; y que fue el único sobreviviente de un ‘operativo’(40 militares y policías federales y bonaerenses que rodearon una casa, lanzaron granadas de mano y dispararon treinta cartuchos de gases lacrimógenos y miles de balas de ametralladora) que acabó con la vida de su madre y de la familia Amestoy, en la calle Juan B. Justo, en San Nicolás.
Tan espectacular es su historia, que unos directores italianos le ofrecieron hacer una película sobre ella. Y ante las posibilidades de espectacularización que ofrece el cine,  en este caso, no parece haber margen para agregar nada. La historia en sí ya es espectacular, sólo hace falta contarla bien. Después de todo, la verdad siempre supera a la ficción.
Manuel se ríe cuando cuenta que intentó no idealizar a sus padres y finalmente no pudo. Que los relatos que le llegaban de amigos y de familiares le daban por pensar que no podía ser hijo de esas personas increíbles, casi inmaculadas. Que a veces la figura de sus padres, o la imagen que se armó de ellos, es un juicio de valor permanente sobre sus actos. Y que algunas veces eso le pesa. Pero es consiente también que, en la búsqueda por querer (re)construir su historia y conocer cómo eran sus padres biológicos, encontró las pruebas necesarias que le permitieron pasar de su “búsqueda personal” a  los juicios en pos de la verdad y la justicia. “Cuando caen las leyes de Obediencia Debida y Punto Final porque se las declara inconstitucionales, me presenté en la justicia con muchos de los relatos que yo tenía. Después, obviamente, hubo que hacer un trabajo más intenso sobre la prueba documental”.
El año pasado, él y su hermano Gastón fueron querellantes  en el juicio que condenó a Luis Abelardo Patti a cadena perpetua. Gracias a las pruebas que presentaron se pudo comprobar que el ex comisario participó de la represión durante la dictadura y había asesinado, entre muchos otros, al padre de ellos.  A su vez, tiene otras dos causas abiertas. Por un lado, el juicio que comienza el 3 de julio que pretende esclarecer el asesinato de su madre y otra causa contra el juez Juan Carlos Marchetti, máximo responsable de su adopción ilícita.
Igualmente su compromiso está más allá de una causa personal. A 36 años de los hechos, no hay revancha posible (ni la desea), él bien sabe que los juicios no le van a devolver a sus padres, ni los 19 años que le robaron la identidad. “Eso no se recupera por más que los juicios terminen con las condenas más altas”, sostiene.
Es difícil pensar que algún día pueda cicatrizar esa enorme herida, que también es la herida de la sociedad argentina misma. Una sociedad que todavía se encuentra en deuda con su pasado. “Para  mí lo que generan los juicios es un fortalecimiento de la democracia: de las instituciones, de la justicia, de nosotros como sociedad. Mirar hacia atrás y decir, ‘esto no puede quedar así, no es que no nos pasó nada’. Creo que es un aporte hacia el futuro, y no me parece mal, para construir ese futuro, mirar hacia atrás”, subraya Manuel, que recientemente fue incorporado a la comisión directiva de las Abuelas de Plaza de Mayo, siendo el primer nieto recuperado en ocupar un cargo en la fundación.
La cuestión generacional es insoslayable, muchas abuelas están muy grandes y el recambio es necesario. Quedará en los nietos y las generaciones venideras la misión de continuar con la lucha que iniciaron las Abuelas porque como bien sostiene: “La mejor manera de construir un futuro es teniendo en claro el pasado”.

Manuel Gonçalves: Testimonio de una lucha constante por la memoria y la verdad


Por Cecilia Cartoceti
“Estas historias son increíbles. Si me pongo a pensar en la mía, digo ‘¡no lo puedo creer!’”, comenta divertido Manuel Gonçalves Granada. Siendo un bebé, fue el único sobreviviente de la Masacre de la calle Juan B. Justo en San Nicolás. De hijo único, pasó a ser hermano de historia de otros 500 hombres y mujeres a los que, como a él, les robaron la identidad. Su retórica relajada no esconde la seriedad de sus palabras: es el testimonio de una lucha constante por la memoria y la verdad.
Manuel ingresa al estudio de televisión de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA el lunes 18 de junio. Tiene mucho por contar ante un auditorio de estudiantes expectantes y nerviosos. Manuel es hijo de Ana María Granada y Gastón Gonçalves, militantes montoneros desaparecidos durante la última dictadura militar. Es el nuevo revisor de Cuentas de Abuelas de Plaza de Mayo.
Manuel es, además, el impulsor de tres juicios por delitos de lesa humanidad. Fue querellante en la causa contra Luis Abelardo Patti en 2011 y este año cumplirá el mismo rol en las causas contra los autores de la Masacre de Juan B. Justo (en donde murieron su madre y la familia Amestoy) y contra el juez Juan Carlos Marchetti, quien gestionara su adopción.
“No es fácil hacer un paralelo entre un juicio y otro. Esperaría que terminen igual que el juicio contra Patti, porque logramos cinco condenas y estamos conformes con ello”, explica a los alumnos presentes. Y agrega, “las pruebas las tenía de antes. Lo que pasa es que con las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, no las podía llevar a la justicia. Al principio, eran parte de lo que yo hice para reconstruir mi identidad”.
Para Manuel, sin embargo, las causas judiciales que inició exceden los motivos personales. “La mejor manera de construir un futuro es teniendo en claro el pasado. A mí los juicios no me van a devolver a mi mamá ni a mi papá, ni los 19 años que perdí con mi familia ni la identidad. Pero creo que es un aporte a futuro. Los juicios generan un fortalecimiento de la democracia, de las instituciones y de nosotros como sociedad”.
Su optimismo y desenfado contrastan con la seriedad de sus intensiones y palabras. Cuando es interpelado en su condición de nuevo integrante de la comisión directiva de Abuelas de Plaza de Mayo, explica con toda franqueza, “no sé porqué me eligieron”. Arranca más risas y continúa, “las abuelas están muy grandes y nos necesitan. ‘Abuelas’ no va a ser igual sin ellas, pero la lucha va a seguir siendo la misma. Somos muchos los que colaboramos. Claramente Argentina está haciendo una revisión de su historia”.
Manuel cuenta que una vez fue Claudio Novoa, pero que no sabe qué quedó de ese chico en él. Cuando un estudiante le pregunta por su pasado como Claudio, Manuel le responde con un escueto “no sé”. Las risas son inmediatas y subyace un entendimiento palpable. “No sé bien qué hacer con mi vida como Claudio. Recuperar la identidad provoca muchos cambios en la persona”, continúa Manuel.
La conferencia se extiende por una hora y media. Los temas abordados son variados. Manuel habla de los obstáculos que el poder político impone para juzgar a figuras públicas como Patti. También habla de su familia adoptiva y de su familia biológica. Cuenta anécdotas de su hija Martina y del proceso que lo llevó a reconstruir su identidad. Incluso hay espacio para discutir el caso de Marcela y Felipe Herrera de Noble.
La lista es extensa y las palabras, muchas. Sin embargo, el hilo conductor de la conferencia se resume en un único y problemático concepto: la verdad. “Nadie puede decir que quiere vivir en una mentira. Uno no se da cuenta de su importancia hasta que le roban la identidad. Hablar es ir en contra del silencio que nos impusieron”. Manuel lo decía al inicio de su testimonio: es una historia increíble. Y hay que contarla.

Manuel Gonçalves: "Somos muchos los nietos que trabajamos en Abuelas"

Por Carla Constantino
Manuel atraviesa la puerta y se hace silencio. Manuel es Gonçalves Granada, hijo de desaparecidos durante la última dictadura militar y nieto recuperado en 1995 por Abuelas de Plaza de Mayo. Los casi sesenta alumnos que están en el estudio de televisión de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, algunos en sillas, otros en el suelo, lo observan por un momento pero enseguida continúan charlando entre ellos. Son las 19.20 horas. Manuel se sienta detrás del escritorio. Cámaras, micrófonos y varios dispositivos de grabación sobre la mesa están preparados: es tiempo de empezar la charla. Hay que romper el hielo y hacer la primera pregunta. Un joven sentado en el fondo se anima: “¿Qué expectativas tenés para el juicio del 3 de julio en Rosario?”. Es el juicio por la masacre de Juan B. Justo, en la que mataron a su madre y Manuel fue el único sobreviviente. “Todos los juicios son distintos pero, al igual que el anterior, espero que los imputados sean condenados”, responde, como era presumible.
     El “juicio anterior” al que se refiere es el que culminó en abril de 2011 con la histórica condena a cadena perpetua del Ex Subcomisario Luis Abelardo Patti, por el asesinato, entre otros casos, del padre de Manuel y Gastón, su hermano, bajista de los Pericos. Las pruebas que le permitieron procesarlo, las fue recolectando durante mucho tiempo para reconstruir la vida de sus padres pero, recién pudo presentarlas ante la justicia cuando se declararon inconstitucionales las leyes de Punto Final y Obediencia Debida: “Tenía la necesidad de conocer mi historia. Fui buscando relatos de amigos y vecinos de mis papás, quería saber cómo eran, qué hacían, dónde militaban”, recuerda Manuel. ¿Fue un obstáculo para recolectar pruebas que Patti fuera una figura pública?, le pregunta una alumna. Sí, responde sin dudar. Y agrega: “Es complejo juntar pruebas sobre algo que pasó con la dictadura, la mayoría de los documentos fueron destruidos o no se sabe dónde están. Y que Patti tuviera alianzas políticas con el duhaldismo complicó las cosas.”
     Manuel es hoy Manuel Gonçalves Granada, pero ayer fue Claudio Novoa. Hijo de militantes peronistas secuestrados y asesinados en 1976, era bebé cuando le quitaron su identidad y lo dieron en adopción a una nueva familia. Lo llamaron Claudio Novoa y fue recién a los 19 años que se enteró de su verdadera identidad. “¿Qué quedó de Claudio Novoa?”, le pregunta un alumno. Todos callan y Manuel se muestra un poco sorprendido. “No sé bien cómo responder a esa pregunta”, expresa con sinceridad. “Hoy me siento plenamente Manuel y, aunque viví más años como Claudio, no sé qué quedó en mí de eso. Es un cambio difícil de describir. Hoy tengo una vida distinta a la de antes, veo las cosas diferentes”, agrega, luego de tomarse algunos segundos para reflexionar. “¿Y cómo fue encontrarte con tu hermano Gastón?”, pregunta otra chica. “Fue lo más lindo de esta historia. Los dos nos habíamos criado como hijos únicos. Y de repente me encontré con un hermano y con tres sobrinos”, cuenta con una sonrisa.
     Desde hace años colabora con la organización de las Abuelas de Plaza de Mayo en la búsqueda de nietos y nietas que todavía no recuperaron su verdadera identidad, y hace unas semana fue nombrado Revisor de Cuentas, convirtiéndose en el primer nieto que integra la comisión directiva de esa institución.  “Me tocó a mí pero podría haber sido otro”, confiesa con humildad. “Somos muchos los nietos que trabajamos en Abuelas. El recambio es importante pero las abuelas son irremplazables. Sin ellas será distinto pero la lucha va a ser la misma”, asegura.

    
Son las 20.55 y la charla está llegando a su fin. Todos empiezan a guardar sus cosas y a ponerse los abrigos. Pero todavía queda tiempo para una pregunta más: “¿Qué sentís al dar este tipo de charlas?”, lo interpela un joven sentado sobre el piso con sus piernas cruzadas. “Es lindo y es raro. A mí en el colegio nunca me hablaron de estas cosas y está bueno contar lo que pasó. Para que no vuelva a suceder hay que sacar las cosas a la luz. Y la mejor manera de construir un futuro es conocer el pasado”, cierra Manuel y todos aplauden.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Comienzo de clases y objetivo de la lectura

Hola a todos/as:
El Jefe de Cátedra nos comunicó que el comienzo de clases es el lunes 13 de agosto, lo aclaro porque creo que yo había dicho que comenzábamos una semana antes.

En cuanto a la lectura indicada para las vacaciones: 
La idea es que se vayan adentrando en el periodismo de investigación y que incorporen técnicas narrativas para construir historias y personajes ya que, como saben, el periodismo también es contar historias. Además, en este cuatrimestre abordaremos “Nuevo periodismo” y algunos de estos escritores son los padres y seguidores de ese género.
El obejtivo sería que pudan identificar las características del género, cuáles son los recursos estilísticos y de investigación que lo identifican.
Apelo a su honestidad para que los que ya hayan leído algunos de estos trabajos elijan un nuevo texto. Reitero la lista:
1- A sangre Fría, Truman Capote.
2-Operación Masacre, Rodolfo Walsh.
3-La pasión según Trelew, Tomás Eloy Martínez.

Movilización del sector agropecuario en Arrecifes

Por  José María Previgliano


El sector agropecuario volvió a movilizarse frente a la reforma impositiva que aprobó el gobierno de la provincia de Buenos Aire hace una semana. Entidades rurales junto a productores autoconvocados de la ciudad de Arrecifes levantaron un campamento al costado de la ruta 8 para expresar su desacuerdo con la medida.
Una decena de camionetas estacionadas, dos carpas blancas y un enorme cartel con la insignia “El campo no se arrodilla, da pelea”, formaba parte del paisaje que recibía a todas las personas que llegaban a la ciudad de Arrecifes por el acceso este, viniendo desde Capital Federal. El sector rural arrecifeño instaló un campamento en el triángulo que se forma por la conexión de la ruta provincial 191 con la ruta nacional 8, para nuclear su protesta en contra de la política impositiva impulsada por el gobernador Daniel Scioli.
“Esto es un impuestazo” señaló Martín Giralt, productor autoconvocado, mientras hacía señas a los vehículos que circulaban por la ruta para que disminuyeran su velocidad cuando se acercaban al lugar. “Ya nos aumentaron el impuesto al sello, nos aumentaron ingresos brutos y ahora esto. No nos dan los números”, agregó Martín. El productor se refería a la ley de reforma impositiva que a partir del año que viene va a aumentar el impuesto inmobiliario rural. La misma fue sancionada la semana pasada por la legislatura bonaerense tras el revalúo de tierras que el gobernador Scioli impulsó por decreto.
Agrupados alrededor de una fogata improvisada que no sólo les servía para soportar el frío sino también para calentar el agua del mate, los productores se mostraron muy preocupados. “Empezamos esta protesta por el aumento abusivo de los impuestos en la provincia de Buenos Aires” dijo Patricio Molle, miembro de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP). “La valuación fiscal de los campos se fue de un 1.000 a un 1.500 porciento. O sea, un campo que acá estaba valuado en 5.000 pesos, hoy está valuado en 54.000”, agregó el agremiado. El aumento de la valuación fiscal repercutirá directamente sobre la cantidad de dinero que se paga por el impuesto inmobiliario. “Es cierto que estaba atrasado, pero lo que también es cierto es que es una enormidad de golpe, toda junta”, concluyó Molle.    
Con el antecedente del extenso paro que en el 2008 logró que se derogara la Resolución 125/08, popularmente conocida como la Ley de las Retenciones, el sector rural arrecifeño se siente preparado para afrontar una protesta más grande. Hace una semana empezó el cese de comercialización de granos y ganado a nivel provincial y al poco tiempo la Mesa de Enlace decretó un paro agropecuario nacional. Por eso, además de manifestar su desacuerdo a través de carteles, los ruralistas que se encontraban en el campamento se turnaban para detener a los camiones que transportaban productos agropecuarios. Su objetivo era controlar la carga que llevaban, y a los que se dirigían hacia el puerto les sugerían que volvieran.
“Lo nuestro es un llamado de atención por todos los problemas que hemos estado teniendo con el campo y lo que estamos pidiendo es que se arme una política agropecuaria y que se llame al diálogo”, dijo un productor autoconvocado que prefirió reservar su identidad. Además, señaló: “en realidad lo que se está pidiendo es producir más. Que es un círculo virtuoso: producir más para generar más recursos, para repartir más recursos. Porque no se puede seguir exprimiendo así al sector”.
Uno de los ruralistas que lideraba la manifestación era el Ingeniero Roberto Donnola, actual concejal municipal por el Bloque Unión PRO. Según su testimonio, el miércoles próximo va a presentar en la sesión del Concejo Deliberante de Arrecifes un rechazo al impuesto, basándose en un estudio que hizo el Consorcio Regional de Experimentación Agrícola (CREA). Donnola argumentó que este incremento repentino de los impuestos va a hacer que los productores chicos tengan que “salir del sistema, dedicarse a otra cosa, o bajar el nivel de tecnología, o sea, invertir menos”. “Hoy en día, la carga impositiva de la producción está siendo para el propietario. Si se toma el valor bruto, representan un 80 por ciento del total. Para llevarlos a días de trabajo, son 300 días de trabajo de un año, que se van en impuestos”, señaló Donnola.
Por su parte, Daniel Bolinaga, Intendente de la ciudad de Arrecifes, participó el lunes último en una reunión con el gobernador Scioli donde se analizaron los alcances de la ley de reforma tributaria. Bolinaga señaló en declaraciones para un medio local, que el gobernador bonaerense les recordó que dos tercios de los campos no van a tener aumento. Del mismo modo, el Intendente resaltó la buena disposición de Scioli para dialogar con los ruralistas afectados: “Se van a habilitar canales de comunicación para contemplar casos particulares”, concluyó Bolinaga.