jueves, 25 de septiembre de 2008

Ya son dos sus obras con fuerte mensaje social

ARDITO Y MOLINA, CINE CON CONTENIDO Y CORAZÓN

Corazón de Fábrica el segundo documental de la pareja de directores fue presentado en formato DVD y confirman que en la segunda mitad del 2008 comenzarán a exhibirla por el interior del país.

Por Christian Pandullo y Diego Villani (Comisión 10)
Ernesto Ardito y Virna Molina son dos prometedores exponentes del actual cine documental argentino. En pareja y con dos hijos, son egresados de la carrera de Realización Cinematográfica en la Escuela de Cine de Avellaneda. Realizaron el film Raymundo (2002), en el que se narra la vida y obra de Raymundo Gleyzer, cineasta secuestrado y desaparecido por la última dictadura militar de 1976. Con este film fueron galardonados con más de 11 premios internacionales. A principios de 2008 estrenaron Corazón de Fábrica, obra en que se relata la historia de un grupo de trabajadores de la fábrica de cerámicas Zanón, que cuando el dueño empresario resuelve cerrarla, deciden tomar la planta y ponerla a producir sin patrones, llevando adelante una gestión obrera durante más de 5 años, y este año esperan la resolución judicial favorable para poder expropiar la fábrica en cuestión. Luego de haber proyectado en Neuquén y Buenos Aires ahora presentan el lanzamiento del DVD y accedieron a una entrevista para contar sus experiencias.
¿Cuáles fueron los objetivos con que filmaron “Corazón de Fábrica”?
Ardito: La motivación es prácticamente como una continuación de nuestro anterior film. Con Raymundo lo que hacemos, a través de Gleyzer, es contar la historia de un militante, es decir, poder ver cómo era esa generación del Cine Militante anterior al 76, y la militancia en general, porque en el momento en que empezamos con la investigación se hablaba del 76 en adelante, de los desaparecidos. Y Corazón de Fábrica también habla de la militancia. Es una historia totalmente abierta, que nos permitió avanzar hacia adentro, conocer el otro lado del activismo, es decir, poder salir un poco de lo que es su romanticismo, y ver cómo son las discusiones internas de las fábricas, más desde la base, y desde lo que le está pasando a cada uno. Entonces desde ese cotidiano poder reconstruir lo que es la militancia hoy.
¿Por qué Corazón de Fábrica no tiene apoyo nacional?
Molina: Nos habíamos comprometido con los trabajadores de que la película la hacíamos nosotros, o sea que nadie nos venía a meter un corte externo ni iba a haber presiones. Poner la película en el sistema del INCAA implica perder derechos sobre la película y eso uno lo tiene que tener en cuenta, pueden recortarte el presupuesto, congelarte el proyecto o censurarte. Nunca se nos ocurrió acudir al INCAA para financiarla. Entonces, ¿qué manera tenemos de financiarlo? Algo de plata con los premios de “Raymundo” teníamos ahorrada, que nos bastó para poder cubrir lo básico del rodaje, viajes y el material. La familia ayudó para poder comprar la cámara. Se hizo a pulmón. Después, por suerte, obtuvimos las becas de Holanda (Jan Vrijman Fund) y Canadá (Fundación AlterCine).
¿Cómo se consiguen las becas?
Ardito: Por ejemplo en esta de Holanda, tenés para desarrollo de proyecto, para producción y postproducción, y para distribución. Lo que es producción y postproducción lo presentás a concurso, hay dos llamados por año, se presentan muchos proyectos, ahí hacen una evaluación, y seleccionan ocho, diez proyectos. O sea, no es nada seguro.
Molina: Es bastante difícil. Nosotros tuvimos la suerte y, digo la suerte, pero también uno le pone pilas. En Vrijman las seleccionaban en una instancia de postproducción cuando ya tenían algo que veían de la película. Lo bueno de estas dos fundaciones es que los tipos no se meten con el contenido. Canadá no pide nada a cambio, Holanda te dice “nosotros tenemos los derechos de distribución en Holanda, Bélgica y Luxemburgo, hasta que nosotros recuperemos el dinero que invertimos.”
¿Ya obtuvieron premios con este film?
Sí, estamos muy contentos. Principalmente la película recibió el premio al mejor documental en el concurso internacional Otras Miradas, que está organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, pero también nos premiaron en los festivales de La Habana, Málaga, Kalamata, Valdivia y Brescia.
Respecto a la proyección, ¿piensan exhibir sus films más allá de los espacios alternativos como el Hotel Bauen?
Ardito: Sí, lo que pasa en realidad, es que los antiguos cines barriales fueron desapareciendo y la mayoría de la gente que vive en los barrios prefiere no ir al centro. Sus actividades de esparcimiento se desarrollan ahí. Hay que contar con proyecciones en la facultad, o los grupos que proyectan en varios barrios. A la vez hay un montón de centros culturales que se fueron abriendo, entonces el tema es generar ahí los circuitos alternativos. Muy importante es el tema del interior del país. Donde hay mucha demanda de lo que es el cine nacional, sobretodo cuando como realizador estás presente, hay una respuesta muy grande de la gente.
¿Siempre intentan generar espacios para los debates?
Ardito: Sí, en general siempre la gente que organiza las proyecciones prevé este espacio, ya existe. El tema pasa porque el público se enganche en un debate, en una charla, y eso varía muchísimo.
¿Proyectar y difundirla en una sala comercial les genera alguna contradicción ética?
Ardito: Contradicciones no hay, pero el hecho es que el sistema está armado para que este tipo de películas no puedan ingresar. Si no sos una figura conocida como Michael Moore, la masividad pasa entonces por la televisión. Nos pasó con Raymundo, cuando la emitieron por canal Encuentro fue como si hubiéramos estrenado 10 veces, la ven 500 mil personas. Ahí sentís el impacto. Pero después está el tema de los canales de Aire, como por ejemplo el 7 que no tiene una política de pagarte los documentales cuando los pasa, y eso que es el Estado. Cualquier canal de Europa te compra la película si te la pasa.
Molina: Si yo pudiese, me preocuparía porque se vea en los cines del Gran Buenos Aires, los que están en los shoppings, como Haedo. Estaríamos felices de la vida, no me importa que el cine sea un Hoyts, porque sé que los trabajadores van a ver cine ahí. Desgraciadamente no es factible, tenés que entrar con muchas copias en 35, ahí ya necesitás de una gran inversión.
Pero sí con la película se puede ayudar a hacer crecer un espacio, como el hotel Bauen, recuperado por los trabajadores, toda la vida prefiero tener un espacio ahí.
¿Llevarían el film a una fábrica para de algún modo concientizar y generar lucha?
Molina: No, el cine llega hasta un punto, después decir: “compañeros, cómo nos organizamos” eso es otra cosa. Creo que mostrándola con una crítica por la positiva me parece que es más rico porque genera una identificación más real. Si vos querés vender un cuento de fábulas donde todos son heroicos compañeros, trabajadores que salieron a la lucha que no se pelean y son unidos, es mentira, son seres humanos que son increíblemente heroicos en la que han hecho, pero tienen sus miserias, sus conflictos y ahí está lo más interesante, mostrar qué se pudo resolver y qué no, eso es interesantísimo.
¿Siguen contactados con los obreros de Zanón?
Molina: Seguimos contactados, sí. Más que nada el tema es que ellos ahora viajan a Europa y se llevan la película como para poder explicar más la experiencia, y abrir debate. A fines de mayo la proyectamos en la Biblioteca del Congreso. Mandamos e-mails a todos los diputados para decirles, porque era buena instancia para presionar por el proyecto de ley nacional de expropiación, aunque todavía no se resuelva.
¿Qué proyectos tienen para después de Corazón de Fábrica?
Molina: Por ahora no tenemos, estamos lanzando el DVD del film y promocionándolo vía las Fundaciones en el exterior. Habría que ver qué película es más necesaria hacer, analizar qué aporta más, qué temas abrir. Por ejemplo el tema de la izquierda, de la formación teórica, de las discusiones sobre Marx.
¿Después de haber proyectado en el Bauen, la van a llevar a algún lado?
Molina: Sí, allí estuvimos hasta fines de junio. La idea es ir a diferentes espacios proyectando y en el interior del país arreglar pequeñas giras. Durante agosto y septiembre estaremos exhibiendo en Córdoba, principalmente en un ciclo de Recuperadas.

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