jueves, 4 de septiembre de 2008

Cromañón : Segundo día de juicio

" CALLEJEROS NO HIZO NADA PARA EVITAR LA TRAGEDIA"

Por Melisa Campilongo y Mariano Garuti (Comisión 8)


César Branzini tiene 58 años y no le quedan hijos. Se arremanga la camisa y permite que se vean algunos de sus tatuajes. Él prefiere mostrar uno en particular: las iniciales R.T.B.M. escritas verticalmente en su antebrazo y, a sus costados, las palabras “Cromañón” y “Asesinada”. Romina Tamara Branzini Mangiarotti, su única hija, fue una de las 194 víctimas fatales de la tragedia del boliche de Once en diciembre de 2004. Tenía 26 años y estaba casada con Diego Algañaraz, manager de Callejeros, hoy uno de los 15 imputados en la causa. Después del segundo día de un juicio que promete prolongarse en el tiempo, este hombre corpulento deambula por Tribunales y sigue, junto a otros familiares, los pormenores del litigio del que también participa como testigo.

A casi cuatro años de la tragedia, ¿cuál es su posición respecto de la responsabilidad de Callejeros y de su yerno, el manager de la banda?
Mi posición es muy clara y muy explícita. No resulta fácil, de repente, pasar de tener un yerno a tener un acusado, pero yo estaba en los recitales y, aunque ese día no pude ir de casualidad, tengo claro cómo actuaba Callejeros. Las víctimas fueron convocadas por la banda; la gente no fue a verlo a Chabán o pasó por la puerta, vio luz y entró. Fueron invitadas por Callejeros y pasó al tercer día de recitales.

¿“Pasó al tercer día” significa que no tuvieron en cuenta los principios de incendio de días anteriores?
El primer incendio ocurrió en mayo, creo, y el segundo dos o tres días antes, cuando tocó La 25. Ese día se quemaron cinco paneles, pero como el VIP estaba más o menos vacío la gente pudo apagarlo y no pasó a mayores. Pero ya, por el lado de Chabán, era un llamado de atención. Después de lo sucedido, cómo va a convocar a la banda que más pirotecnia llevaba.

O sea que Callejeros se caracterizaba por llevar mucha pirotecnia…
Sí, su característica desde el principio era esa, tanto en lugares cerrados como abiertos. Cuando tocaron en Excursionistas el fiscal de turno los sancionó por uso indebido de pirotecnia, porque aún en estadios o lugares abiertos la pirotecnia está prohibida.

¿Ese es el punto donde hay mayor responsabilidad de la banda en la tragedia?
Sí, porque está probado que el cacheo fue muy fuerte. Entonces, si se revisó a todo el mundo, por algún lado entró la pirotecnia, y es bien sabido que la pirotecnia la llevaban ellos. En un recital en Obras, la seguridad del lugar nos revisó a todos, y yo entraba con mi hija y mi yerno –que era el manager- y nos palparon igual. De todas maneras esa noche prendieron más de 200 bengalas, así que es muy claro que entraban por algún lado. Y no todo el mundo usaba las bengalas, sólo las bandas que tenían ellos (Callejeros), que eran dos grupos de seguidores muy fuertes. Yo estaba en el VIP de Obras y no podía fumar un cigarrillo por el gusto al humo de las bengalas.

¿Las bengalas no forman parte del rock?
Las bengalas siempre existieron, estaban en todos lados, pero ellos se quisieron caracterizar por el uso masivo de las bengalas, era parte de su show, su marca
registrada. Hay una grabación del año 1999, donde Pato (Fontanet, cantante de Callejeros) pide: “por qué no dejan prender una bengala”, y termina rematando: “una bengala, qué puede hacer, matan tanta gente afuera, qué puede hacer una bengala”. Ese día tocaron en Show Center, ¿cómo vas a prender una bengala ahí? Entonces, hay cosas que son muy obvias, que uno las piensa y dice “si yo hubiese estado en su lugar tendría que haberlo visto”. No hicieron nada para evitar la tragedia.

También se dijo que hubo advertencias durante el recital
Chabán, por ejemplo, siempre hacía advertencias, decía cosas similares, sólo que esa vez lo comparó con la que había pasado en Paraguay. Los primeros días dijo que estaba lleno, que podía pasar, que íbamos a salir en los diarios. Y el último día dijo “hay más de 6 mil personas, no tiren”, pero ya estaba prendido. Él tenía un cartel impresionante en la entrada que decía “prohibido el uso de pirotecnia”, y llevó a Callejeros, y después de dos días de bengalas permitió el tercer recital.

En la mayoría de los medios se explicita una situación de enfrentamiento entre los familiares de las víctimas. ¿Es así?
Yo no diría “enfrentamiento”. El problema se genera porque hay diferentes puntos de vista. Por un lado, están los familiares que van contra Callejeros, y por otro los que no. Eso crea una división, aunque nos juntemos y hablemos entre unos y otros, respetando los puntos de vista de cada uno. Es una división lógica dado que no hay un solo imputado en la causa, sino que son muchos. Hay padres que no responsabilizan a Callejeros porque sienten que estarían insultando la memoria del hijo, porque el hijo fue a ver a la banda, eran sus ídolos. Es otro punto de vista, y hay que entenderlo, el hecho de haber estado dentro de los recitales me da otra visión que no espero que tengan todos. El enfrentamiento abierto se da entre los padres y muchos sobrevivientes, con algunos sobrevivientes y seguidores de Callejeros que no están en la causa y que podrían haber estado con los que prendían las bengalas.

¿Piensa que están todos los culpables en el banquillo?
Yo no hablo de culpables porque no soy juez ni soy abogado, puedo hablar de responsables. No, no están todos, faltan muchos. Fuera de los responsables políticos, falta la gente que prendió las bengalas, los que las tuvieron en la mano. Porque esa gente no está en el juicio, queda cubierta por la misma gente de Callejeros.

Y los responsables políticos son…
Son todos a quienes les competía. Y por supuesto que a Ibarra le competía porque nombró a la gente que estaba, a su gente. Porque, por ejemplo, la jefa de seguridad, que era Fabiana Fiszbin –creo que es maestra jardinera- es amiga de la hermana de él. O sea, son puestos “a dedo”. Y que lo saquen del juicio, que lo liberen de culpa y cargo sin haber declarado es una aberración de la justicia. Las 22 mil fojas del juicio político con las pruebas contra Ibarra hicieron que se lo juzgue políticamente y se lo encuentre culpable. Entonces, si sus pares lo consideran culpable, cómo la justicia común no lo imputa.

¿Pensó el caso en “orden de responsables”?
Yo supongo que no todos son responsables de la misma manera, lo son pero en diferente grado. Desde ya, acá nadie quiso perjudicar a nadie, pero la desidia, la negligencia, el “qué me importa”, el “yo hago lo que quiero”, llevaron a esta tragedia. Hoy van a ver a Callejeros y Chabán pasándose la pelota, pero antes había una amistad entre ellos. Son profesionales gracias a Chabán , incluso fueron quienes inauguraron Cromañón. Que a veces se desconozcan y se tiren culpas no significa nada. Si lo dejamos hablar a Chabán, mañana estamos buscando al kiosquero que vendió el encendedor, para echarle la culpa, porque se quiere liberar y es entendible, ¿quién quiere ir preso?

¿Repudia la decisión de Callejeros de tocar después de la tragedia?
Sí. Supongo que consideran que tocando se sienten menos culpables o traerán más gente para decir “nosotros no hicimos nada”. Por ahí buscaron formar una imagen de no culpabilidad ante la sociedad, no quiero pensar que lucraron con el dolor. Pero por las declaraciones que hicieron hoy es para agarrarlos a patadas, porque dijeron que ganaban aproximadamente 1500 pesos mensuales. Mi yerno dijo que ganaba entre 500 y 700 pesos mensuales en la banda, una burla total.

¿Tuvo algún contacto con su yerno después de Cromañón?
A los tres meses, vino a mi casa, habló conmigo, yo quise escucharlo para ver qué me decía pero no me dejó nada en claro, me confirmó muchas cosas que yo ya sabía. Yo había recibido amenazas por parte de la gente de Callejeros, llamaron a la casa de mi padre para decirnos que nos dejáramos de hablar, a mi ex mujer y a mí, especificando que ella se callara la boca (porque yo soy un poco menos “amenazable” que ella). En mayo de 2005 perdí a mi padre, que era un hombre muy grande, murió de tristeza, viéndome pelear y escuchándome pelear en las radios y hasta putear al presidente. Un padre no puede ver sufrir a un hijo, sufría él, sufría yo, mi hija era su única nieta y la adoraba, y encima se tenía que bancar amenazas.

Después de tanto dolor, ¿tiene expectativas en este juicio?
Las pruebas que hay son concluyentes. Desgraciadamente dependemos de la justicia del país, que no es muy creíble. Pasaron tres años y ocho meses, uno tiende a volverse un poco incrédulo. La justicia no satisface cuando uno perdió un hijo, den la pena que den no va a haber una satisfacción pero sí un poco de paz, el dolor que siente uno no desaparece. Mi ex mujer se está muriendo y se va a morir, cuando termine el juicio y vayan presos se mata porque no quiere vivir más. La satisfacción que uno puede lograr es inexistente, lo único que pretendemos es que nos digan qué pasó y que los responsables tengan un castigo, justo o injusto, no lo vamos a saber nunca.

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