jueves, 1 de octubre de 2009

“En Argentina encontré mi lugar”

Es uno de los integrantes de la famosa “Bomba de tiempo”. Hace 3 años que llegó al país a traer el arte de los griots (casta encargada de mantener las tradiciones orales de la etnia mediante la expresión artística y el relato entre su pueblo). Dice que la Argentina es el único lugar fuera de África en donde no lo han discriminado

Por Noelia Guevara (Comisión 10)
En un sótano del barrio de Villa Crespo se escucha fuertemente el sonar de tambores. Hay sólo 20 personas en la sala, de todas las edades aunque la mayoría son jóvenes. En el centro se encuentra Cheikh Gueye, percusionista y bailarín nacido en Dakar, Senegal. Él es el profesor y todos escuchan atentos el ritmo que sus manos producen al tocar el djembé, instrumento tradicional del noroeste africano.
-¿Cómo fue que se inició en la percusión?
-Desde muy chiquito, tenía 7 años cuando unos vecinos, que vivían en frente de mi casa, me enseñaron percusión y danza. Ellos pertenecían a la familia de griots. Recién a los 18 años comencé a aprender cantos tradicionales, la acrobacia y el fuego limbo.
-¿En qué consiste el arte de los griots?
-Busca preservar las tradiciones africanas mediante el arte. Allí me formé en los tambores sabar y aprendí las danzas y cantos tradicionales. Es una herencia milenaria, cada uno de nosotros está encargado de mantener eso. Yo lo hago no sólo mostrando lo que sé en mis shows, sino que también lo enseño en mi escuela.
-¿Y cómo surgió su deseo de venir a la Argentina?
-En verdad, durante largo tiempo viajé mucho. Conocí un sinnúmero de lugares y de gente, y un día decidí probar suerte por estos lugares. Hace 3 años que llegué, inmediatamente me puse a enseñar percusión y después de ahí todo se fue dando.
-¿Conocía algo de la Argentina antes de venir acá?
-El fútbol y Maradona (risas).
-¿Qué es lo que más le costó asimilar al llegar?
-Nada, la verdad que no me costo. Acá la gente es muy buena y no discrimina como en otros lugares, es muy abierta y generosa. Aunque lo único que me costó un poco es la velocidad de la ciudad. Aquí viven muy apresurados, pero después de un tiempo me pude acostumbrar muy bien.
-Dijo recién que antes de venir a la Argentina viajó por muchos lugares ¿En qué países estuvo?
-Estuve en España, Francia, Italia, Arabia Saudita. Allí tocaba pero en los momentos de ocio, tenía que ganarme la vida de otra manera. Trabaja en hoteles y restaurantes. Nunca pude trabajar de la música.
-Tengo entendido que estuvo en Chile antes de venir acá ¿Por qué decidió finalmente quedarse en nuestro país?
-Estuve en Chile, allí pude hacer algo relacionado con lo que me gusta. Pero en la Argentina me siento cómodo, encontré gente buena, hago lo que me gusta, trabajo de eso, que más puedo pedir.
-Usted es uno de los integrantes de la “Bomba de tiempo” ¿Cómo llegó al grupo?
-Fue Santiago Vázquez director de La Bomba de Tiempo que me ofreció tocar en el grupo. Un día vino a unas de mis clases y me dijo si quería tocar con ellos y acepte. Ya van a ser 2 años y medio que estoy en la Bomba. Somos en total 17 percusionistas, cada uno se especializa en algo diferente.
-¿Y usted qué toca?
-De todo (risas). En realidad en la Bomba estoy a cargo del djembé, pero durante mi adolescencia me especialice en djun djun, sabar, n´tama, bougarabu y séoruba.
-Además de la bomba tiene otro grupo…
-Sí, se llama Daaradji Gaynde Djembe. Ahí somos varios, tres bailarinas, siete músicos y yo. A todos mis alumnos los hago tocar en el grupo y los que hacen danza bailan, todos tienen la posibilidad de presentarse en mis espectáculos. Es un grupo que esta formado por lo que sale de la escuela en realidad.
-¿Se inscriben muchas personas a sus clases?
-Sí, doy todos los días clases de danza y percusión. Viene gente de todas las edades. Doy clases en dos lugares, en el “Sexto Cultural” y en la sala de Apolinario Figueroa. Mucha gente se inscribe después de escucharme tocar, además van comentando y ahí es cuando se genera más repercusión. Creo que cada vez se están abriendo más talleres de percusión. Hay algunos compañeros que también enseñan y de ahí salen grupos con el mismo estilo y espíritu que tratamos de llevar nosotros a cada uno de nuestros alumnos.
-¿Nota que la música de percusión tiene cada vez más adeptos en nuestro país?
-Hay mucha gente que sigue esto. Cuando empecé con la bomba había bastante gente ya siguiéndola pero hace un año que hubo una explosión de la música africana y tanto argentinos como extranjeros comenzaron a venir. Creo que se generó un “boca a boca” que nos ayudó mucho a instalarnos en la música local. Todos los lunes en el Konex tocamos y cada vez hay más gente. Este domingo también tocamos con mi otro grupo Daaradji Gaynde Djembe y ya hay muchas entradas vendidas.
-¿Viaja seguido a su país?
-Todos los años. En vacaciones aprovecho y vuelvo a mi tierra. Es que se extraña, y además allí esta toda mi familia.
-¿Piensa quedarse por mucho tiempo en la Argentina?
-Sí, ahora estoy tramitando la nacionalidad. Así que pienso quedarme por mucho tiempo. Creo que finalmente encontré mi lugar. Sé que ya no podría irme de aquí.



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