miércoles, 30 de septiembre de 2009

Tráfico de niños

Por Ana Stramucci (Comisión 8)
Fernández es un silencioso pueblo ubicado 50 kilómetros al Sur de la capital de Santiago del Estero. Calles de tierra y pequeñas casillas de madera construidas precariamente conforman un desolador escenario en el que la vida parece apagarse. Allí vive Elena Elvira Gallardo, una mujer de 30 años, flaca, de ojos grandes y cara angular, que se hizo famosa en el barrio por denunciar públicamente la desaparición de su hijo recién nacido. Su rostro fue difundido en noticieros y diarios de todo el país, y a raíz de su insistente denuncia muchas mujeres decidieron salir de la sumisión y hablar de los hijos que ya no estaban, esos niños que algunas ni siquiera llegaron a conocer.

El jueves 27 de Agosto pasadas las 11 de la mañana, Elena Gallardo y su esposo, Juan Ramón Gutiérrez, ingresaron de urgencia en el Hospital Fernández de Santiago del Estero en el que horas más tarde darían a luz a Franco, de 4 kilos y medio, sin imaginarse que nunca iban a poder tenerlo en brazos. Luego de un largo parto, el médico obstetra informó a los padres que el pequeño había nacido con una importante insuficiencia cardiaca y debía ser tratado de urgencia. Sin dar lugar a preguntas, las dos enfermeras que se encontraban en la habitación tomaron al niño y se lo llevaron rápidamente.

En ese oscuro y frío cuarto de hospital, Elena y Juan esperaron que alguien les brindara alguna información. Las horas pasaban y el miedo comenzaba a invadirlos; no era difícil imaginarse lo que podía estar sucediendo, ya lo habían escuchado en Fernández. Sabían que muy probablemente nunca más volvieran a ver a su hijo, sin embargo, mantenían la esperanza de que la realidad deshiciera sus sospechas. Pasadas las 11 de la noche una de las enfermeras se acercó a darles la terrible noticia que estaban esperando, pero ellos no lo creyeron: su hijo no podía estar muerto. Realizaron la denuncia en la Comisaría Nº 13 de Santiago del Estero Capital.

Pablo Borelli, director del Hospital Fernández, fue visto por última vez la tarde del 27 de Agosto cuando abandonó su despacho luego de reunirse con Miguel Lárzabal, médico responsable del parto de Elena Gallardo, y con la enfermera que horas más tarde daría la noticia a los padres, María Graciela Conte. A pesar de las sucesivas negaciones de las autoridades y empleados del Hospital Fernández, la jueza Cecilia Vittar ordenó la captura de Borelli, Conte y dos habitantes del barrio Fernández, sospechosas de participar en el arreglo de la entrega de Franco a una familia de Buenos Aires.

Graciela Conte se encontraba trabajando en el hospital cuando una compañera le informó que la policía la estaba buscando. En su declaración dijo que ella nunca había visto muerto a Franco y que solamente lo había llevado a terapia intensiva, pero se negó a dar el nombre de la persona que le informó sobre su fallecimiento. Fue la primera en quedar detenida por la desaparición de Franco Gutiérrez, y las sospechas por su participación en otros casos similares complicaban su situación. Hacía más de 15 años que se desempañaba como enfermera en ese hospital, y en los últimos días habían surgido más de diez denuncias que involucraban a esa institución. Pero Graciela Conte no sería la única que tendría que declarar por el caso del hijo de Elena Gallardo.

El patrullero ingresó al barrio Fernández apenas pasado el mediodía. Muchos de sus habitantes lo vieron llegar y se asomaron a curiosear. Algunos niños corrieron a su lado, exaltados por la inusual presencia policial. Buscaban a Juana Fabrini y a su hija de 19 años, Ana Cecilia Fabrini. Según la investigación llevada a cabo por Cecilia Vittar, estas dos mujeres eran las responsables de haber establecido el vínculo entre una familia de Buenos Aires que buscaba adoptar un niño y el director del Hospital Fernández, comprometido con la entrega de Franco.
La policía encontró a las dos sospechosas en su hogar, quienes fueron detenidas y llevadas a la comisaría ante decenas de vecinos que observaban la escena con sorpresa y cierta emoción. Para el barrio, Elena Gallardo, su marido y el pequeño Franco se habían convertido en héroes.

El rostro de Elena Gallardo siguió recorriendo los canales de televisión, su denuncia se hizo cada vez más fuerte en Santiago del Estero y junto a las denuncias de otras madres, logró recuperar a su hijo. En Fernández saben ahora que sus hijos están vivos, y están decididos a recuperarlos. La Justicia aún no pudo encontrar a Bonelli, pero las madres de Fernández pudieron encontrar, aunque sea por una sola vez, un poco de justicia.

1 comentario:

Unknown dijo...

la verdad, nose como se informaron de la historia, pero les cuento que estan mezclando los casos, en primer lugar Elena Gallardo tuvo una hija y no un hijo, que se llama alma y no franco, en segubdo lugar, el director de la clinica se llama Pedro Saravia y no Borelli, y en tercer lugar,el juez no es vittar, es medina.Ademas, averiguen como esta hoy el caso y se van a encontrar con una sorpresa gigante.
Se las Cuento. Elena Gallardo firmo un papel de consentimiento para entregar a la bebe a la pareja de moron, segundo nunca nombro a un padre, es mas, nego que exista porque segun ella era solo un Filo, Juana Fabrini se ocupaba de trasladarla a los medico y de entregarle alimentos y ropa para que se cuide durante los ultimos meses de embarazo.
Nunca hubo dinero por la bebe,y ademas asesorence y se van a dar cuenta que elene y su supuesto marido (que no se sabe si es el padre de alma y encima no viven juntos) hoy en la actualidad estan profugos de la justicia, porque el queira dinero y ella firmo el consentimniento que luego por miedo nego haber firmado, y asi arruino la vida de gente que hizo las cosas derechamente y deposito esperanza y fe en que todo estaba transparente. pero fue tan injusto todo, que pagaron el pato la pareja de moron, Juana y Cecilia, la abogada y ademas los mas importatnte Alma, la beba que hoy no reibe el amor y cuidado que merece ya que sus padres se fugaron y la abandonaron con su abuela paterna que de hecho no quiere ni puede criarla.
Averiguen, porque las noticias esta fuera de lugar...