Por Sofía Moresi
“No sé bien que parte de Claudio
Novoa me quedó. Es raro porque todavía tengo más años como Claudio que como
Manuel, pero la verdad es que yo me siento plenamente Manuel”, comenta Manuel
Gonçalves Granada. A partir de esta frase se reconstruirá la historia de él,
hijo de desaparecidos, nieto recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo e impulsor
junto con la agrupación HIJOS de los juicios de lesa humanidad.
Un grupo numeroso de estudiantes
se reúnen en el estudio de televisión de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, el lunes 18 de julio. Los
alumnos expectantes se preparan con sus grabadores y anotadores para escuchar,
en un clima relajado, el testimonio de Manuel Gonçalves Granada.
Manuel es hijo de Ana María
Granada y Gastón Gonçalves, militantes montoneros desaparecidos durante la
dictadura militar de 1976. Fue el único sobreviviente de la Masacre de la calle Juan
B. Justo en San Nicolás, en donde murió su madre. Hoy, es colaborador en
Abuelas de Plaza de Mayo y fue recientemente nombrado revisor de Cuentas de la
institución.
Además, Manuel fue querellante en
el juicio contra el ex subcomisario Luis Abelardo Patti, el cual fue condenado
a cadena perpetua por el asesinato, entre otros casos, del padre de Manuel. También,
este año participará como querellante en otras dos causas, una por la masacre
de la calle Juan B. Justo y otra contra el ex juez de menores Juan Carlos
Marchetti, quien lo dio en adopción sin buscar a su familia de origen.
Al referirse al juicio contra
Patti en relación con el de la masacre de Juan B. Justo, Manuel explica: “No es
fácil hacer un paralelo entre un juicio y otro porque no es el mismo tribunal,
ni los mismos imputados, ni los mismos hechos. (…) Esperaría que el juicio que
viene termine igual que el que pasó, ya que logramos cinco condenas y estamos
conformes con la sentencia que les dieron a los imputados”.
La búsqueda de pruebas y de
testigos para los juicios fue parte del proceso de reconstrucción de la
historia de Manuel y de su familia. “La primera parte de la recolección de
pruebas tuvo que ver con una necesidad mía de saber que había pasado, de saber
cuál era mi historia. A partir de eso, cuando caen las leyes de Obediencia
Debida y Punto Final me presenté en la justicia con muchos de los relatos que
yo tenía y luego hubo que hacer un trabajo intenso sobre la prueba documental”,
cuenta Gonçalves Granada.
Durante la conferencia de Prensa
los estudiantes se muestran interesados en la relación de Manuel con su familia
adoptiva, en el reencuentro con su hermano (Gastón Gonçalves) y en las
anécdotas de Martina, la hija de Manuel. La charla versará, además, sobre la
responsabilidad de varios grupos económicos durante la dictadura, el
tratamiento de los medios de comunicación sobre los juicios y los cambios que
se fueron produciendo en las fuerzas armadas.
A medida que avanza la entrevista,
se resalta que Manuel es el primer nieto que integra la comisión directiva de
Abuelas de Plaza de Mayo. Aunque menciona, entre risas, que no sabe por qué lo
eligieron a él, explica: “Estamos llegando a un momento en que la incorporación
de los nietos es necesaria, muchas abuelas están muy grandes y nos necesitan.
(...) No va a ser lo mismo sin abuelas, son irremplazables pero la lucha va a
ser la misma. Hasta que no encontremos al último de los nietos no dejaremos de
sostener la lucha.”
La historia de Manuel Gonçalves Granada
es un ejemplo de muchos otros casos que recuerdan a la sociedad argentina la
importancia de la memoria y la verdad. “A mí los juicios no me van a devolver
ni a mi mamá ni a mi papá, ni los 19 años que perdí con mi familia, ni que me
robaron la identidad. Eso no se recupera pero los juicios generan un
fortalecimiento de la democracia, de las instituciones, de la justicia y de
nosotros como sociedad. Los juicios representan un aporte hacia el futuro ya
que para construirlo hay que mirar hacia atrás”, concluye Manuel.
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