Por María Paz Wenner
Hijo de desaparecidos y nieto
recuperado en 1995 por Abuelas de Plaza de Mayo, Manuel Gonçalves Granada emocionó
con su historia a cerca de 50 personas que participaron de la conferencia de
prensa que brindó el lunes pasado. La conmovedora historia de su lucha por
recuperar su identidad y la memoria de sus padres invadió el estudio de TV de la Facultad.
"Las pruebas eran partes para reconstruir mi historia, las tenía de antes, pero estaban las leyes de obediencia debida y punto final, no era posible llevarlas a la justicia. Llegué a los lugares donde militaban, a la casa de San Nicolás, me encontré con vecinos que son los testigos básicamente. Cuando caen las leyes de obediencia debida y punto final, me presenté en la justicia con los relatos que tenía", contó Manuel.
El nieto recuperado fue convocado por su labor en la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo y por su trabajo en la agrupación HIJOS impulsando los juicios de lesa humanidad. Fue querellante en el juicio que condenó a cadena perpetua al Ex Subcomisario Patti y otros imputados por el asesinato de su padre y otras víctimas. Es además querellante en otras dos causas, una por la masacre de la calle Juan B. Justo donde asesinaron a su madre y él fue el único sobreviviente; y la otra contra el ex Juez de Menores Juan Carlos Marchetti, quien lo dio ilegalmente en adopción.
"Patti tenía una alianza con el duhaldismo y eso nos complicó bastante las cosas. Además de que tenía una cierta llegada a los medios donde negaba tener una causa abierta; así el periodista Mariano Grondona lo definía como un perseguido político", relató Gonçalves.
Después de 36 años del golpe militar, todavía existe gente que piensa que hubo una guerra. "Claramente acá no hubo una guerra, el Estado atacando al pueblo no es una guerra, nunca, en ninguna parte del mundo", exclamó Manuel.
"Ya en el ‘72 a mi papá lo tenían fichado como militante subversivo. Lo que hacían mi mamá y mi papá era tener una militancia social muy fuerte en un barrio de Garín en el Partido de Escobar. Ellos hacían alfabetización a adultos; habían armado también una sala de primeros auxilios. Claramente eso no era el plan que se tenía para la juventud", manifestó Manuel.
"La mejor manera de construir un futuro es teniendo claro el pasado. Los juicios no me van a devolver a mi mamá ni a mi papá, ni los 19 años que me perdí de mi familia, que me robaron la identidad, eso no se recupera por más que los juicios terminen con las condenas más altas, pero creo que es un aporte a futuro. Los juicios lo que generan es un fortalecimiento de la democracia, de las instituciones, de la justicia y de nosotros como sociedad", sostuvo.
El entrevistado se mostró relajado y abierto a contestar todas las preguntas. Incluso confesó que contó cosas que a su familia adoptiva no.
Durante la charla recordó el acto en 2004 en la ESMA, donde el entonces presidente Néstor Kirchner pidió disculpas en nombre del Estado. Gonçalves dijo que fue un momento muy importante, muy movilizador.
La parte más estremecedora y sorprendente del testimonio de Manuel fue cuando relató la experiencia vivida cuando buscaban pruebas documentales para la causa de su mamá y su papá. "Llegamos a lo que ahora es el Archivo de Provisión de la Memoria que está en La Plata, antes era una división de inteligencia de la Policía de Buenos Aires, era un lugar secreto. Buscando, encontré la carpeta de mi mamá y mi papá. Lo más llamativo fue que las dos últimas hojas eran sobre información del 96, porque el cuerpo de mi papá se encontró ese año. También había recortes periodísticos que decían “se hallan cuatro cuerpos”. Ellos los tenían guardados prolijamente en la carpeta de mi papá en el año ’96. Mi papá desaparece en el año ‘76, veinte años después la policía seguía haciendo inteligencia.”
El final de la conferencia dejó un importante mensaje al público presente: "Nos impusieron un silencio, ya no más ese silencio. Es una historia que hay que contarla".
Un cálido y fuerte aplauso despidió al invitado. Manuel Gonçalves Granada es un claro ejemplo de la lucha por la verdad, la memoria y la justicia de un país que dice nunca más.
"Las pruebas eran partes para reconstruir mi historia, las tenía de antes, pero estaban las leyes de obediencia debida y punto final, no era posible llevarlas a la justicia. Llegué a los lugares donde militaban, a la casa de San Nicolás, me encontré con vecinos que son los testigos básicamente. Cuando caen las leyes de obediencia debida y punto final, me presenté en la justicia con los relatos que tenía", contó Manuel.
El nieto recuperado fue convocado por su labor en la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo y por su trabajo en la agrupación HIJOS impulsando los juicios de lesa humanidad. Fue querellante en el juicio que condenó a cadena perpetua al Ex Subcomisario Patti y otros imputados por el asesinato de su padre y otras víctimas. Es además querellante en otras dos causas, una por la masacre de la calle Juan B. Justo donde asesinaron a su madre y él fue el único sobreviviente; y la otra contra el ex Juez de Menores Juan Carlos Marchetti, quien lo dio ilegalmente en adopción.
"Patti tenía una alianza con el duhaldismo y eso nos complicó bastante las cosas. Además de que tenía una cierta llegada a los medios donde negaba tener una causa abierta; así el periodista Mariano Grondona lo definía como un perseguido político", relató Gonçalves.
Después de 36 años del golpe militar, todavía existe gente que piensa que hubo una guerra. "Claramente acá no hubo una guerra, el Estado atacando al pueblo no es una guerra, nunca, en ninguna parte del mundo", exclamó Manuel.
"Ya en el ‘72 a mi papá lo tenían fichado como militante subversivo. Lo que hacían mi mamá y mi papá era tener una militancia social muy fuerte en un barrio de Garín en el Partido de Escobar. Ellos hacían alfabetización a adultos; habían armado también una sala de primeros auxilios. Claramente eso no era el plan que se tenía para la juventud", manifestó Manuel.
"La mejor manera de construir un futuro es teniendo claro el pasado. Los juicios no me van a devolver a mi mamá ni a mi papá, ni los 19 años que me perdí de mi familia, que me robaron la identidad, eso no se recupera por más que los juicios terminen con las condenas más altas, pero creo que es un aporte a futuro. Los juicios lo que generan es un fortalecimiento de la democracia, de las instituciones, de la justicia y de nosotros como sociedad", sostuvo.
El entrevistado se mostró relajado y abierto a contestar todas las preguntas. Incluso confesó que contó cosas que a su familia adoptiva no.
Durante la charla recordó el acto en 2004 en la ESMA, donde el entonces presidente Néstor Kirchner pidió disculpas en nombre del Estado. Gonçalves dijo que fue un momento muy importante, muy movilizador.
La parte más estremecedora y sorprendente del testimonio de Manuel fue cuando relató la experiencia vivida cuando buscaban pruebas documentales para la causa de su mamá y su papá. "Llegamos a lo que ahora es el Archivo de Provisión de la Memoria que está en La Plata, antes era una división de inteligencia de la Policía de Buenos Aires, era un lugar secreto. Buscando, encontré la carpeta de mi mamá y mi papá. Lo más llamativo fue que las dos últimas hojas eran sobre información del 96, porque el cuerpo de mi papá se encontró ese año. También había recortes periodísticos que decían “se hallan cuatro cuerpos”. Ellos los tenían guardados prolijamente en la carpeta de mi papá en el año ’96. Mi papá desaparece en el año ‘76, veinte años después la policía seguía haciendo inteligencia.”
El final de la conferencia dejó un importante mensaje al público presente: "Nos impusieron un silencio, ya no más ese silencio. Es una historia que hay que contarla".
Un cálido y fuerte aplauso despidió al invitado. Manuel Gonçalves Granada es un claro ejemplo de la lucha por la verdad, la memoria y la justicia de un país que dice nunca más.
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