“ACÁ NO HAY PROYECTO
DE UNIVERSIDAD”
Por Marina Sette
En el marco de la
lucha contra las cesantías docentes en la Universidad de Buenos
Aires (UBA) el titular de la Asociación Gremial Docente (AGD) habló del tema y
de las políticas del Rectorado.
Santiago Gándara entró al aula con la misma simpatía y
liviandad con la que camina en la
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos
Aires (UBA). Este docente en la carrera de Ciencia de la Comunicación Social
y titular de la
Asociación Gremial Docente (AGD) lucha hace años por las
políticas que considera justas y para lograr un proyecto de universidad (según
él, no lo hay). Actualmente lo ocupan por sobre todas las cosas los 152 docentes de más de 65 años que fueron
cesanteados deliberadamente por el Rectorado y los 500 a los que podría pasarles
lo mismo a fin de año.
¿Qué son las
cesantías docentes?
Las cesantías docentes son una política, quizás la más
despótica, del Rectorado y el Consejo Superior de la UBA porque reúne varios
fenómenos. Por un lado, el desconocimiento de la
Ley Nacional 26.508 conquistada en el año
2009 que en unos de sus artículos asegura que todo docente tiene derecho a
permanecer en su cargo una vez que cumplió los 65 años por cinco años más. El
texto no aclara si son regulares o interinos, si son titulares o auxiliares,
dice “docentes”. La UBA
es la única universidad en todo el país que desconoce este derecho y que está
cesanteando, despidiendo, a docentes deliberadamente.
¿Cuál cree que es el
sentido/el objetivo de esta política de cesantías que lleva a cabo el Rectorado?
Yo creo que hay dos sentidos, uno más simple y general que
es una forma de ajuste, y otro más complejo que permanece oculto. El artículo
dos que le da el derecho al docente de ejercer durante cinco años más su labor después
de los 65 años es una cláusula de estabilidad laboral que va hacia el núcleo
del problema de inestabilidad que hay en la Universidad de Buenos
Aires. Acá el 75 % de los docentes son interinos y ser interino supone que vos
no sabes si a mitad o a principio de año te renuevan o no el contrato, estás
merced de lo que decida la universidad. Entonces ese artículo que se debatió y
se conquistó instaló una cláusula de estabilidad y la primera resolución que
sacó que la UBA
fue atacando ese artículo diciendo que ellos son una empleadora y que una ley
no puede intervenir en la reglas de una empleadora.
Tratan de poner la
supuesta “autonomía universitaria” por sobre la leyes laborales.
O también se quieren justificar planteando que tiene que
haber un traspaso generacional. Un argumento perverso que además es
absurdo. En la
Universidad de Buenos Aires hay más de 10 mil docentes ad
honórem. Este dato sirve para poner las cosas en números y entender el absurdo
de lo que plantea el rector que es Rubén Hallú.
¿Hay concursos en la UBA?
Ese es un tema complejo, porque el problema es que no se
convoca a concursos y además hay todo un debate a nivel nacional que busca
encontrar una alternativa a este elemento de selección de los docentes.
Pero bueno, al margen de este tema tan complejo, hoy hay un
gran problema. En el CBC, por ejemplo, hay más de 2 mil docentes con más de 25
años de antigüedad como interinos. Ahí queda claro que el no llamado a concurso
busca mantener una masa de docentes en una especia de régimen de terror, con la
incertidumbre que esa situación laboral genera. Es decir, debería haber
concursos, pero no se los convoca por un objetivo claro.
Teniendo en cuenta
todas estas políticas y conflictos ¿cuál sería el proyecto de universidad que
se propone hoy?
Acá no hay proyecto de universidad. Acá lo que hay es ¿Cómo
llamarlo? ¿Una casta tal vez? ¿Un mandarinato mediocre? Hoy tenemos una brecha
salarial enorme entre los 30 o 40 mil pesos que puede ganar un decano o rector,
una falta absoluta de democracia en todos los órganos de gobierno de la
universidad y una falta de representación de estudiantes y profesores. Y esa
falta de democracia en todos los ámbitos de la UBA es algo que tiene que ver con el proyecto o
la ausencia del mismo.
Para conocer el Consejo Superior hay que hacer visitas
guiadas y los hombres que trabajan ahí no tienen curriculum vitae, tienen
curriculum burocrático, por eso decimos que es una casta, son siempre los
mismos que van rotando y la representación del claustro docente y estudiantil
no existe.
¿Cómo fueron los
debates ahí sobre las cesantías?
Mira, la última vez que fuimos los únicos que debatieron, y
en esto tengo que hacer una salvedad más allá de cualquier diferencia, fueron
los consejeros estudiantiles, todos a favor de nuestro reclamo contra las
cesantías. Todos los demás que votaron en contra no hubo uno que argumentara su
voto. Solo votaron en contra, no debatieron, no justificaron su decisión, nada.
¿Cuál es su lectura
del acompañamiento del claustro estudiantil a la lucha docente?
Yo creo que es esencial. Es muy importante que docentes y
estudiantes se acompañen para conquistar sus objetivos. A pesar de cualquier
diferencia es clave reconocer un objetivo común que es la mejora de la
universidad en todos sus ámbitos.
¿Qué se le dice al
alumnado que no apoya el reclamo?
A pesar de que no se puede juzgar a los alumnos que piensan
diferente y que tienen otros objetivos personales por encima de las luchas
universitarias, yo creo que hay que hablar y discutir con todos aunque más no
sea para intercambiar ideas, hacerlos reflexionar. Yo siempre propongo hablar
del tema y los confronto si es necesario, pero en el buen sentido, debatir con
el estudiantado es muy importante.
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