jueves, 4 de junio de 2009

Perfil de Martín Palermo

Por Guido Filippelli (Comisión 8)

Las tribunas de la bombonera estallan cada vez que convierte un gol y no hay un solo partido en el que no se escuche cómo los fanáticos corean su apellido y aplauden hasta que les duelan las manos cuando toca el balón.

Para los desprevenidos que no se dieron cuenta a quien se hace referencia, estamos hablando de Martín Palermo. Esta afinidad que se ha construido entre el jugador y los hinchas del club de la rivera se sustenta con cimientos a base de trabajo, sacrificio, entrega y lo que más le gusta a las tribunas: goles, muchos goles.

Palermo, el loco, se ha convertido en el máximo goleador en la historia del club. Aquel flaco, desgarbado y un poco aparatoso que arribo a la boca por el año 1997 proveniente de Estudiantes de la Plata, despertó algunas críticas por parte de los fanáticos boquenses por no poseer aquellas características lujosas que tenían los delanteros históricos de la institución. Lo cierto es que Martín supo despojarse de las críticas a fuerza de goles, lo que a lo largo de su carrera lo distinguieron y llevaron a ser uno de los máximos ídolos del club, equiparable para algunos, con el mismísimo Diego Armando Maradona.

Según lleva la cuenta la bandera ubicada en uno de los palcos de la bombonera, Palermo lleva ciento noventa y nueve conquistas en el club, diecinueve goles más que su antecesor, Francisco Varallo. Este jueves, con el loco como titular indiscutido del equipo, a sus ya maduros treinta y cinco años (maduros para el fútbol profesional), Boca juega los octavos de final de la Copa Libertadores de America. Se trata ni más ni menos, de otra posibilidad para que el ídolo siga cosechando gritos hacia los doscientos goles y obviamente continúe afianzando esta relación de gran afinidad con los hinchas.

Mientras tanto Martín es mesurado y declara: “me siento muy bien y entreno como cuando tenía veinte años”. Todavía hay Palermo y goles para rato.

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